Sr. Director:

El pasado jueves día 26 de junio y con motivo del Jubileo de la Esperanza que estamos celebrando en toda la Iglesia durante al año 2025, un grupo de fieles de la diócesis de Toledo (España) que están de peregrinación en Roma, han celebrado la Misa en rito hispano-romano en la Basílica de San Pedro en la ciudad de Roma.

La Misa fue presidida por Mons. Francisco Cerro, Arzobispo de Toledo y Primado de España.

Conviene recordar que cuando el Papa Gregorio VII decidió extender el rito romano a toda la cristiandad europea, los reyes de Aragón y después los de Castilla, no sin resistencias, acabaron por aceptar el rito romano, desapareciendo entonces el rito hispano-mozárabe en los reinos cristianos de la Península. El llamado Rito hispano fue la manera propia de celebrar la liturgia en los primeros diez siglos de la historia cristiana de Hispania. Los grandes Padres de la Iglesia visigoda lo enriquecieron considerablemente, y también los cristianos que permanecieron fieles a su fe bajo la dominación musulmana.

En los territorios ocupados, este rito comenzó a llamarse mozárabe, nombre de los cristianos sometidos al Islam, y fue celebrado particularmente en Toledo.

En el año 1085, Toledo fue reconquistada para la cristiandad gracias a Alfonso VI de León y Castilla, y la monarca se planteó la cuestión de la pervivencia del rito mozárabe. Por aquel entonces, el rito se mantenía vigente en seis parroquias de la ciudad de Toledo.

En el año 1992, fue presentado al Papa San Juan Pablo II el primer volumen del Nuevo Misal Hispano-Mozárabe y el Papa quiso celebrar la Misa en este venerable rito, cosa que se dió el 28 de mayo de 1992.

Anteriormente, ya se había celebrado en Roma la Misa en este rito en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Francisco Álvarez Martínez, en el año 2000, y por Monseñor Braulio Rodríguez en el 2015.

Hemos de tener en cuenta que la celebración de la Misa según este venerable rito se estructura en las siguientes partes:

Ritos Iniciales: Praelegendum, Gloria a Dios en el cielo y oración. En las solemnidades, después del Gloria, se entona el Trisagio.

Liturgia de la Palabra: Prophetia. En algunas ocasiones, en lugar de la Prophetia, se leen dos lecturas del Antiguo Testamento, una sapiencial y otra histórica. Terminada la Prophetia se entona el Responsorio. Psallendum: en las principales fiestas de los mártires se lee su Pasión según se encuentra en el Pasionario y a continuación se canta el Cántico de Daniel o Bendiciones.

Seguidamente Apostolus, o lectura de los libros apostólicos del Nuevo Testamento.

Y a continuación el diácono proclama el Evangelium asignado a esa fiesta o solemnidad.

En la Vigilia Pascual, la proclamación del Evangelio la hace el Obispo, o bien el sacerdote que preside la celebración.

A continuación tiene lugar la homilía, y terminada ésta, el coro canta las Laudes.

Preparación de las ofrendas: el coro entona el Sacrificium y los fieles acercan las ofrendas al altar, el cual queda ya preparado para ofrecer el Sacrificio eucarístico.

Intercesiones Solemnes: Oratio admonititionis, oración del sacerdote y oración del diácono y nueva oración del sacerdote. Publicar nominación.

Rito de la Paz: mientras los fieles se dan la paz se entona el canto de la paz: "Mi paz os dejo, mi paz os doy"

Liturgia Eucarística: Illatio y todos cantan "Santo, Santo, Santo", Post Sanctum (Consagración), Post Pridie y Doxología final.

Rito de la Comunión: Recitación del Credo, Cantus ad Confractionem mientras el sacerdote parte el Pan Consagrado mientras evoca los nueve Misterios de Cristo desde su Encarnación hasta el Reino. Oración del Padrenuestro. Después el sacerdote eleva un poco la patena y el cáliz mostrándolos al pueblo y diciendo: "Lo Santo para los santos". Bendición previa a la Comunión. Mientras se distribuye la Sagrada Comunión se canta el "Ad Accedentes". Seguidamente se canta la antífona después de la Comunión, y el sacerdote dice la oración final o Completuriae, que concluye siempre diciendo:

"Por tu gracia misericordiosa, oh Dios, cuyo reino y poder perdurante triunfante por los siglos de los siglos"

Todos responden: "Amén" / Conclusión.

La verdad es que es un gran don de Dios que en Toledo y en los lugares donde el Obispo lo permite, todavía se pueda celebrar la Eucaristía según este rito hispano-mozárabe.

En el año 1.570, el Papa San Pío V codificó la Misa romana antigua en su forma más pura, según las indicaciones del Concilio de Trento (1545-1563). El 19 de julio de 1570, por medio de la bula Quo Primum Tempore, San Pío V restauró el Misal cuyas partes más importantes se encuentran en el pontificado de San Dámaso (siglo IV) y que fue posteriormente compilado en forma de Misal por San Gregorio Magno (540-604).

Tras la reforma ordenada por el Concilio Vaticano II en lo que se refiere a la Sagrada Liturgia de la Iglesia Católica, el 4 de diciembre de 1963, el Papa San Pablo VI aprobó la constitución Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia, en orden a proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia.

Fue el mismo Papa San Pablo VI quien promulgó el nuevo Misal Romano por medio de la constitución apostólica Missale Romanum, el 3 de abril de 1969, Misal que entró en vigor el 30 de noviembre de 1969.

En la actualidad, en nuestras iglesias, se ha de usar la tercera edición de dicho Misal Romano, que apareció en el 2002 y con algunas modificaciones se reeditó en el 2008. Para poder celebrar la Misa según el rito tridentino, el sacerdote tiene de tener un permiso expreso firmado por el Obispo diocesano. Si no lo tiene, debe abstenerse de celebrar la Misa según este rito. De tal manera que la única forma ordinaria de celebrar la Misa en la Iglesia latina es usando el Misal de San Pablo VI.

Las demás formas de poderla celebrar son "extraordinarias", y corresponden al Obispo diocesano conceder o no el permiso correspondiente.

Los católicos debemos obedecer en todo al Papa ya los Obispos que están en comunión con él.