Sr. Director:
Normalmente se relaciona al gran Papa León XIII con la Rerum Novarum, la encíclica que fundamenta la doctrina social de la Iglesia Católica, frente a los graves problemas que generó la revolución industrial y la penosa situación en que los hombres y mujeres del trabajo vivían, por las condiciones laborales de explotación y miseria, así como la respuesta que el marxismo defendía de la lucha de clases y de odio revolucionario.
León XIII se preocupó muy seriamente por revitalizar los estudios teológicos y filosóficos, que sufrirían el acoso de las ciencias naturales y sus nulas respuestas a las mismas. Con esta finalidad escribió una magnífica encíclica AETERNIS PATRIS. Un intento profundo de actualizar los estudios eclesiásticos, bajo la protección de Santo Tomás de Aquino. La filosofía y la teología habían perdido su prístina influencia y se movían en la repetición de una escolástica obsoleta. La solución para esa renovación de la filosofía católica para León XIII, estaba está en la vuelta al Santo Tomás auténtico, no el que ofrecía seguidores que repetían algunas enseñanzas sacadas fuera del contexto real, por eso afirma expresamente Santo Padre León XIII: “Para defensa y gloria de la Fe Católica, bien de la sociedad e incremento de todas las ciencias, renovaréis y propiciaréis la aurea sabiduría de Santo Tomás de Aquino, pues si hay algunas cosas tratadas por los intelectuales escolásticos con significativamente; si hoy algo menos concorde con las doctrinas manifiestas de la última edad, de ninguna de las maneras está en nuestro ánimo proponerlo para ser imitado en nuestra edad. Rechazad todo lo que se opone y oscurece al auténtico pensamiento teológico de Santo Tomás de Aquino.
El Gran Papa León XIII afirma. Procuren los maestros elegidos inteligentemente por vosotros (Obispos) insinuar en los ánimos de los discípulos la doctrina de Santo Tomás de Aquino y pongan en evidencia su solidez y excelencia sobre todos los demás. Cuidad de que la sabiduría de Tomás se tome de la misma fuente. Y concluye esta magnífica encíclica AETERNI PATRIS: Sigamos el ejemplo del Doctor Angélico que nunca se puso a leer y escribir sin haber hecho propicio a Dios con sus ruegos. Confesó Santo Tomás, con sinceridad que todo lo que sabía no lo había adquirido tanto con su estudio y trabajo, sino que lo había recibido divinamente.