Hoy es Tomás de Aquino, el mejor cerebro de toda la historia... al menos, eso decía James Joyce
Sr. Director:
Santo Tomás de Aquino continúa siendo el teólogo católico por antonomasia, pese a los tiempos actuales, para los que la teología ha pasado de ser la Reina de las ciencias , a una especie de literatura piadosa sin categoría científica, como pretende los corifeos del neopositivismo para el que solo es ciencia lo que se puede contar medir o pesar, es decir nada seguro y estable. Santo Tomás fue precoz en todo en su vida y en su muerte; con 49 años dejó su Summa Teológica que abarcó todo el saber de su tiempo. Hijo de padres normandos y hermano de guerreros y caballeros. Tomás desde muy pequeño se dedica a las letras sagradas, como oblato primero benedictino en el famoso monasterio de Monte Casino. Continúa estudios en la Universidad de Nápoles, frecuentando las facultades de Filosofía y Letras. Ingresó en la Orden de la Diminicos, a la edad de 18 años, pero fue secuestrado por sus hermanos con toda clase de astucias y tentaciones para que abandonara su vocación de fraile mendicante dominico. Logró fugarse de su prisión en Rocaseca. En Colonia fue discípulo del San Alberto Magno que supo ver en el lo que sería más tarde, una mente prodigiosa. Se ordena sacerdote y comienza a enseñar en Colonia. En la universidad de Paras fue nombrado bachiller en el estudio Santiago de París. Por su capacidad de trabajo y su gran talento fue Maestro y regente de cátedra de extranjeros. En 1259 regresa a Italia y enseña en el Estudio General de la Corte Pontificia. Permanece nueve años en Italia los más fecundos de su vida. Regresa de nuevo a París como profesor.
Después de luchas internas en la Universidad de París vuelve a Italia donde enseña en la Universidad de Nápoles. Cesa en su infantigable labor de de Teología y toma un breve descanso desde el el 6 de diciembre de 1273 al 6 de enero de 1274. Ya no puedo acabar su gran obra la Summa pese a los requerimientos de sus superiores. Había tenido unas revelaciones por las que llegó a la conclusión que era paja todo lo que antes había escrito. Emprende viaje al concilio de Lyón. Su enfermedad se agrava y muere en el monasterio de Fonsanova a finales de marzo de 1274. De Santo Tomás y de su magisterio dentro de la Iglesia se ha dicho todo lo más grande; nadie nunca ha puesto en duda su gran santidad y su extraordinario talento. En el Pontificado de León XIII (1878-1903) fue declarado Patrón de las escuelas católicas. Siendo Papa San Pío X se propusieron las famosas veinticinco tesis como la base para la mejor preparación de los estudios teológicos y bíblicos. El Concilio Vaticano II en el decreto sobre la renovación de los estudios teológicos y siguiendo las enseñanzas del gran Papa Pío XII, se recomienda seguir, escuchar con reverencia la voz de los doctores de la Iglesia, entre los que destaca Santo Tomás de Aquino, pues es tanta la penetración del ingenio del Doctor Angélico, tanto su amor sincero a la verdad y tanta su sabiduría en la investigación, explicación, que su doctrina es un instrumento eficacísimo no solo para salvaguardar los fundamentos de la fe, sino también para lograr útil y, seguramente ,los frutos de un sano progreso.