Sr. Director:

Ya nuestro Miguel de Cervantes daba una lección aprovechable en El Quijote: “Vuestras mercedes se queden con Dios, y dicen al duque mi señor, que desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo, ni gano; quiero decir que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas”. Nos define el Diccionario de la RAE el término honradez como “rectitud de ánimo, integridad en el obrar”. Término aplicable, en principio, a todas las personas. Pero bien podemos anunciar que hay personas que prefieren ignorar esta palabra: ¿honradez, para qué? Pues sencillamente para evitar la justicia, porque la honradez limita con la justicia. Y no es únicamente por temor a la justicia, sino porque el comportamiento ciudadano lleva consigo el respeto a los demás, personas y haberes; y también, en consecuencia, vivir la rectitud, la veracidad y la fidelidad con ellos.