Sr. Director:
Como nos ha recordado el Papa Francisco, con motivo de los 70 años de la Declaración Schuman, aquel sueño hecho realidad sigue siendo inspirador y ha de inspirar ahora a quienes, en este momento incierto de la historia, tienen que afrontar, como responsables políticos, las consecuencias sociales y económicas de la pandemia y hacerlo con un espíritu de armonía y cooperación.
En este sentido, el Papa nos invitaba a rezar especialmente por Europa. Necesitamos volver a las raíces; que Europa sea ella misma, como clamó san Juan Pablo II; que redescubra sus raíces cristianas para afrontar los grandes desafíos que tiene por delante; y que, desde esas raíces, sepa aprovechar la situación de prueba para apartar cualquier tentación de división y enfrentamiento, y apostar en su lugar por una unidad fraterna, que, desde la legítima y necesaria diversidad, posibilite el crecimiento de todos los pueblos.