Sr. Director:
¡Por fin vamos a ser libres, murió el dictador! Y muchos ciudadanos influenciados por las manifestaciones de varios obispos y del clero, con optimismo, se apuntaron como miembros del nuevo sistema, en el cual ni tan siquiera nombrase a Dios, es decir, se formaba una nación, antes cristiana, ahora como una nación sin Dios. Muchos ilusionados con tanta palabrería, se montaron alegremente en el tren del nuevo sistema, pero muchos ciudadanos entre los cuales me incluyo, no montamos en aquel tren, pues no se sabía cual era el final de su viaje. Y ahora vemos como el tren se ha parado en la mitad del túnel que además no tiene salida. Los ciudadanos que viajaban en el tren, temerosos ante la situación que vivían, no tenían más solución que apearse del tren, pues no funcionaba, y empujando entre todos hacia la entrada del túnel, para poder quedar libres. Pues esta situación figurada, se ha convertido en realidad. O volvemos a recuperar los valores cristianos, pues sino, los que permanezcan en el tren, serán víctimas, pero pueden optar por cambiar de tren, nunca es tarde, porque Dios es Misericordioso y perdona nuestro extravío si nos arrepentimos.