Sr. Director:

La deriva que está tomando la vida política en España, con el proceso de fragmentación de la nación promovido por el Gobierno, requiere una reflexión urgente. España no es una nación divisible al antojo de ninguno de sus territorios. Eso que se denomina "Estado" tan despectivamente por algunos no es sino la expresión jurídica de la realidad de nuestra patria, España. Nuestra nación es una realidad forjada a lo largo de muchos siglos con el concurso de millones de vidas dedicadas a conformarla y defenderla. Lo dice la Constitución de 1978 pero aunque no lo dijera, la realidad sería la misma.

Ninguna nación del mundo mantiene un gobierno que pretenda dividir y desmantelar su patria. Salvo España. No podemos ni debemos resignarnos a ser víctimas de intereses espurios que pretenden destrozar algo tan valioso