Sr. Director: En unos momentos en que algunos, muchos, tenemos la sensación de que los humanos nos hemos deshumanizado y estamos jugando con la vida de los otros, donde las adopciones son un negocio, la reproducción asistida otro negocio y los abortos ni te cuento, ahora, llega el último grito en aberraciones morales y éticas: la maternidad subrogada. En el fondo para legalizar lo que ya se viene haciendo: alquilar una madre para, básicamente, procurar descendencia a las parejas de varones homosexuales. De nuevo la ideología de género ataca, las mujeres homosexuales y las parejas heterosexuales no tenían ninguna traba ni legal ni científica para tener descendencia, pero faltaba que los varones homosexuales pudieran procrear, ya que la dictadora naturaleza no les ha dotado de útero para poder llevar en su seno a un hijo, ni de pechos para poder amamantarlo, hemos encontrado la solución: alquilar una madre; es decir: convertir el cuerpo y los gametos de una mujer y a su propio hijo, en objetos de compraventa para satisfacción de los usuarios (previo desembolso, claro). Y mientras tanto: miles de niños abortados y otros tanto esperando encontrar una familia. Macabro, se mire por donde se mire. Pedro García