Pedro Sánchez haría bien en tomara en serio el aviso del CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, de que manejan alternativas a España si no hay estabilidad política, lo que supone un serio anuncio sobre las consecuencias del pacto PSOE-Sumar. Una intervención coincidente con el sentir de una parte importante de nuestro empresariado que considera haber entrado en una situación de inseguridad jurídica por parte del regulador, del Gobierno. Esa inseguridad está frenando las inversiones extranjeras y está acabando con el pacto social. Las declaraciones de Imaz han venido acompañadas por otras del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en las que ha hablado de un “populismo fiscal y económico” que está anulando cuarenta y cinco años de diálogo entre Gobierno, empresarios y sindicatos.