Oye “Fiascóo”:

Desde que el Partido Popular tuvo la desgracia de que okupases el despacho principal de Génova 13, he derrochado ríos de tinta en telemáticas misivas solicitándote que requieras a los militantes del PP que gobiernan ayuntamientos para que acaten la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública.

Hasta la fecha no has tenido la cortesía de contestarme: o careces de esa virtud cívica exclusiva de los bien nacidos, te faltan razones que oponer a las mías o ambas cosas.  En cualquier caso, te devuelvo tu descortesía con mi desprecio, no sin recomendándote que cambies tu ejecutoria puesto que con ella no vas a ninguna parte.

El displicente silencio con el que desde hace prácticamente 1 año me vienes penalizando constituye una ofensa a mi dignidad, pues cuando alguien dirige una correcta misiva a otra persona, el civismo más elemental exige respuesta, máxime si se trata de cumplir una Ley Orgánica como es el caso.

Consiguientemente es una verdad irrefutable que te importa un bledo el cumplimiento de la citada Ley Orgánica 9/1983 por los ayuntamientos regidos por militantes del PP. ¿Es así como piensas llegar a La Moncloa? Como no sea de visita, ya me contarás cómo.

Tu ejecutoria en el caso que nos ocupa constituye una ofensa a mi dignidad a la que, en legítima reciprocidad y si yo me rebajase a tu altura, respondería adecuadamente.

Eres un fiel representante de la enfermiza soberbia que aqueja a los dirigentes del PP; no te preocupes por tener una entrevista conmigo sobre el asunto en cuestión, en la que estoy seguro que podré mirarte fijamente a los ojos sin deslumbrarme.

Después de todo, indiscutiblemente tienes suerte, tú nunca podrás morirte de un derrame cerebral.

Como consecuencia de tu ejecutoria los ayuntamientos gobernados por militantes del PP, entre ellos el de la capital de España, continúan vulnerando la Ley Orgánica 9/1983 con tu tolerante silencio.

Tampoco te has dado por aludido cuando te he comunicado que Isabel Díaz Ayuso premia con altos  cargos y suculentos sueldos a Concepción Dancausa Treviño, Consejera de Familia, Juventud y Política Social, y a Luis Martínez-Sicluna Sepúlveda, Viceconsejero de Familia, Juventud y Política Social que, en sus anteriores  cargos de Delegada y Subdelegado del Gobierno en Madrid, quebrantaron reiteradamente la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión consagrado en nuestra Carta Magna, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública, a pesar de mis numerosos comentarios que le he remitido en contra.

En cuanto a tu comportamiento al respecto con el desgobierno que padecemos deja todo que desear pues después de 1 año de mis reiteradas misivas, has sido incapaz de presentar acción parlamentaria alguna contra el cuestionado Marlaska, más bien al contrario, te has abstenido en la moción de censura contra el desgobierno que sufrimos: eres una oposición cómoda.

Has observado la misma indolente actitud con Isabel Díaz Ayuso, que te está comiendo la merienda, al no indicarle que dirija sus constantes críticas contra Marlaska, todavía ministro del Interior, y contra Mercedes González, ascendida a directora general de la Guardia Civil posiblemente por su contumaz vulneración de la Ley Orgánica 9/1983, al igual que tú y con la que no tiene empacho en hacer turismo en el Vaticano para ver al Papa con quien ninguna tiene nada en común y solo pretenden publicidad, en tanto que Almeida, todavía alcalde de Madrid, iba de palmero.

Confío que los militantes, simpatizantes y votantes del PP en posesión de la facultad de pensar, tengan el civismo de defender el ordenamiento jurídico de nuestro Estado de Derecho en general y la Ley Orgánica 9/1983 en particular, retirando el apoyo a la ciega autocracia que estos hechos representan.