La blasfemia contra la advocación mariana de la Virgen del Rocío, perpetrada por parte de la TV pública catalana, en otro eructo indepe de la Generalitat, ha encabronado a los católicos y supongo que a todo agnóstico capaz de respetar a los demás y a la cultura cristiana de España, incluida Cataluña. 

Como siempre, Pere Aragonés, Gabriel Rufián, y demás chicos de ERC, que ahora controlan TV3, mirarán hacia otro lado. Son radicalmente democráticos y radicalmente sinvergüenzas.

Sí, los indepes catalanes producen bastante repugnancia. Ahora bien, sorprende que Atresmedia, cuyo primer accionista es Planeta, sobre todo a través de Antena3 TV y de La Razón, pongan en grito en el cielo cuando pertenecen al mismo grupo que La Sexta, donde el horario de máxima audiencia está reservado al Gran Wyoming, un cristófobo obseso cuya especialidad es la blasfemia, un día sí y otro también. Planeta debería mirarse los bajos antes de criticar a los miserables de TV3.  

Y el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, al que parece que lo que le ha ofendido no es la blasfemia sino la mofa lateral que TV3 hace del acento andaluz, critica al acento andaluz, o el propio Núñez Feijóo, tan laico-centrista él, ¿no reparan en la blasfemia cotidiana del obseso Wyoming en Atresmedia y sí en la de TV3? ¿A ver si va a ser porque necesitan que el canal hermano de La Sexta, esto es, Antena 3 de TV no maltrate al PP?

Esperemos que monseñor Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, levante la voz para impugnar la blasfemia de la tele pública catalana, que es la que tiene más cerca. En voz alta, por favor

En cualquier caso, repetimos: Planeta debe solucionar su problema de fondo. No puede mantener, al mismo tiempo, un periódico cristiano, La Razón, un canal de TV de centro derecha y otra monigotera, de izquierda progre-radial y cristófoba, como es La Sexta, con el añadido de un obseso de la blasfemia llamado José Manuel MonzónEsto no es pluralismo, es esquizofrenia. ¿O es que el presidente de Planeta, don José Creuheras, no cree en nada? Y cuando solucionen su pequeño problema esquizoide, entonces sí, que arremetan contra los malnacidos de TV3.

Esperemos, también, que monseñor Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal del G-8 (¿o es G-9, o es G-11?), en cualquiera de esas condiciones, levante la voz para impugnar la blasfemia de la tele pública catalana, que es la que tiene más cerca. En voz alta, por favor.

Por cierto, como dice, esta vez muy bien dicho, Ana Rosa Quintana, a ver si los indepes se atreven a hacer algo parecido con el profeta Mahoma... y, a ver si se atreve Wyoming también