La familia de Nuria, la cocinera asesinada en una cárcel catalana, por un preso al que ayudaban en la cocina "para reinsertarse', ha estallado contra el Gobierno indepe de la Generalitat, el de 'Pera' Aragonés, y su consejera de Justicia, Gemma Ubasart, los chicos de ERC.

Creo haber dicho ya que el problema de Cataluña no es el independentismo sino la descristianización, un proceso que ha convertido a un pueblo antaño razonable y creativo en un estallido de majaderías, todas ellas destructivas, todas ellas dirigidas a justificar la aventura indepe. Para entendernos, que el catalán que ha renegado de Cristo ha encontrado su ídolo en la autodeterminación. Y es un ídolo exigente y tiránico. alejado del Dios que es amor.

Pero la consecuencia concreta de esa irracionalidad procedente del ateísmo, que no encuentra una razón para vivir también es esta: a un preso que cumple pena por asesinato se le pone a tiro una cantidad de cuchillos de cocina, intuyo que bien afilados, para que se reinserte. Conclusión, la pobre cocinera de la cárcel acaba muerta.

No me extraña que la familia estalle contra la señora Ubasart que, encima, permanece impertérrita bajo el principio de que las víctimas siempre son sospechosas. Naturalmente, siempre con el democrático cumplido de que ser sospechosa no significa ser culpable.  A lo mejor, incluso declaramos inocente a la víctima.

Lo que quieran... pero Gemma no dimite. De hecho, todo político hace bien en no presentar la dimisión: corren el riesgo de que se la acepten.