El nuevo Reglamento sobre protección de datos en Internet, que entra en vigor el 25 de mayo, no protege nuestra intimidad pero asfixia al emprendedor con su burocracia al tiempo que favorece la delación. Y al chivato no le mueve la justicia, sino la venganza.

E insistimos: al final, el que quiera influir tendrá que olvidarse de su intimidad. No tendrá derecho a ella. Hablo de jueces, políticos y periodistas… entre otros.