En efecto, convertir una cabalgata de los Reyes Magos en propaganda independentista sólo lo pueden hacer el biotipo más pelma que se conoce hoy la vieja Iberia: el nacionalismo catalán. Ahora bien, a la fiesta cristiana de la Epifanía, donde el Dios encarnado se revela a los pueblos gentiles (y esto no es una imagen, sino una realidad demostrada) representados por Melchor, Gaspar y Baltasar, resulta más ofensiva que la tontuna nacionalista artúrica. Manuela Carmena prepara una cabalgata similar a la del pasado año 2016, una horterada progre que nada tiene que ver con la adoración de los magos. Prefiero una cabalgata independentista a una cabalgata pagana. Entre las dos, me quedo con ninguna. Hispanidad redaccion@hispanidad.com