El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy (en la imagen) lo tiene claro: sobran la Dirección General de Seguros y el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC). Para regular las instituciones financieras solo se necesitan el Banco de España y la CNMV. El Banco de España -o similar- se encargaría de la solvencia de todos los agentes financieros, mientras que la CNMV se convertiría en una especie de defensor del inversor, una especie de OCU de los mercados financieros. En primer lugar, es dudoso que esa reducción de funciones le guste a la CNMV. En segundo lugar, Restoy pretende que la regulación de la solvencia abarque no solo a bancos sino también a aseguradoras. Ahora bien, no olvidemos que el problema no está en una división de competencias, sino en que alguien, sea quien sea, regule a la banca en la sombra, la nueva banca, principalmente, y los fondos. Porque a esos no les regula nadie. Hispanidad redaccion@hispanidad.com