Arnaldo, que no Arnoldo, Otegui, de nuevo en acción. Si la gente sólo busca una identidad y no una idea estamos en el reino de la soberbia. Porque adherirse a una idea, a un principio significa que el hombre, libremente, se subordina a él. Por el contrario, enorgullecerse de una identidad es enorgullecerse de algo que nos ha sido dado, como la soberbia nacionalista, que es enorgullecerse de haber nacido. Al final, las ideas son principios, los principios son principios morales o no son nada. Y las leyes deben adecuarse Como dice San Pablo "Cristo es el fin de la ley" (Rom. 10,4). Sólo él enseña y otorga la justicia de Dios. Pero sin ir tan adentro, basta con decir que el nacionalismo catalán reincidente y el nacionalismo vasco re-emergente, siguen preocupándose de la identidad, no de las ideas. O sea, una fruslería. Hispanidad redaccion@hispanidad.com