Progre-capitalista, esa es la mejor definición de Javier Solana, ahora fichado por Telefónica. Solana siempre ha llevado a gala su anticlericalismo. Y así no dejaba de preguntar al sacerdote Federico Sopeña si ya había dejado de creer en Dios. Era un tipo muy gracioso… lo que no le impidió echar a Sopeña en cuanto le nombraron "catorceavo" ministro de Cultura.

Pero como subió mucho en la vida, Javier Solana se hizo progre-capitalista, que no es lo mismo que progre-socialista aunque él militara en el PSOE socialdemócrata.

Y así, los norteamericanos le adoraban y le colocaron al frente de la OTAN. Y no lo hizo del todo mal, hay que decirlo. Por eso, porque era progresista en lo doctrinal (o sea, ligeramente ateo) y capitalista en la zona del bolsillo, que es lo que siempre acaban siendo los grandes hombres.

Ahora Javier Solana está jubilado, defiende la unidad de España frente al separatismo catalán y acaba de fichar por Telefónica en un Consejo de Ciberseguridad, al que seguramente podrá aportar mucho. Por ejemplo, puede hacer una encuesta entre los consejeros de Telefónica para conocer cuántos creen en Dios.