Albert Rivera, el hombre que no distinguía la pureza de la higiene
Albert Rivera y su Ciudadanos se ponen al frente de la manifestación de renovación del Estado. Ciudadanos propone, por ejemplo, la supresión del Senado, una medida excelente.
Y también propone cargarse las diputaciones: Bien, es cierto que habrá que elegir entre diputaciones y comunidades autónomas. Propone la supresión del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y su sustitución por el Tribunal Supremo. Bien. El peligro de corporativismo judicial es igual con CGPJ que sin él. De hecho, los jueces deberían ser elegidos, hasta allá donde se puede, por el pueblo, al igual que se hace con los políticos. Podríamos llamarle justicia popular.
Hasta ahí todo muy bien.
Ahora bien echo de menos en los planteamientos de Ciudadanos la limitación de mandatos, al menos más concreta, para todo tipo de cargos públicos. Y sin limitación de mandatos, no hay regeneración ni se acabará con la corrupción. Es la piedra de toque de la regeneración.
Hispanidad
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