Atención a los mimbres de la noticia. No se la pierdan que la carretera trae curvas. El diario británico The Guardian ha dicho que el banco alemán Deutsche Bank está preparado para la solicitud de información que seguramente le será requerida, no se sabe exactamente por quién, acerca de los negocios del norteamericano Donald Trump (en la imagen) antes de acceder a la Casa Blanca. Y hasta es posible, no quiere preocuparles, que se trate de negocios del grupo Trump con Rusia, lo que demostraría, de forma fehaciente, que Donald está vendido al oro de Moscú. Con decirles que durante la cumbre del G-20 se cambió de silla (como es tan burro echaría a alguien de ella) para seguir hablando con el hijo de Satán, un tal Vladimir. Y encima no informó a la CNN, como era su deber. Pero la perfidia de Donald no conoce límites. Y así, el astuto cronista, alienado en la verdad junto a todo el Nuevo Orden Mundial (NOM), nos informa de que ha amenazado con cesar al fiscal especial que va a investigar sus relaciones con el hijo de Satán, el tal Vladimir. Pregunta: ¿Y puede hacerlo? Por supuesto que puede, es el presidente, el que nombra a los fiscales. Pero sería de lo más antidemocrático. Extraños tiempos: un golpe de Estado contra el presidente electo de los Estados Unidos hace mella en la opinión pública mundial. Lo que quiere decir que sí, que nos hemos vuelto definitivamente idiotas. Extraños tiempos. Hispanidad redaccion@hispanidad.com