El anticlerical Iglesias y el cristófobo Sánchez
Sánchez ganará las elecciones del 26-M sin despeinarse. Apenas ha participado en la campaña para europeas, municipales y autonómicas. La crisis del PP ha colocado ante el PSOE, que con Sánchez cosecha a los peores resultados electorales en 2015 y 2016, sobre una pendiente cuesta bajo en la que no necesita hacer el menor esfuerzo para ganar. Sólo dejarse llevar. Pero el radical es Sánchez, no Iglesias, aunque su imagen diga otra cosa.
Por tanto, las salidas de pata de banco, como perpetrada con las limosnas de Amancio Ortega, quedan para Pablo Iglesias, que, como el PP, anda en caída libre. Sánchez sólo tiene que esperar.
Pero ojo, es mucho menos peligroso -y menos radical- el Iglesias que habla que el Sánchez que calla.