Entrevista del Papa con Reuters. Primero, no piensa dimitir. Eso es bueno. Segundo: no padece cáncer, así que quienes buscan que dimita o que sea relevado, pues lo tienen mal.

Tercero: Francisco no parece entusiasmado con la decisión del Tribunal Supremo norteamericano en defensa de la vida humana. Al mismo tiempo, insiste en sus durísimas críticas al aborto: no se puede elimina un ser humano para resolver un problema, y en la embriología, para demostrar científicamente que un aborto es un homicidio. 

Y no parece entusiasmado con la sentencia del Tribunal Supremo norteamericano sobre el aborto... aunque vuelve a condenar el aborto como un homicidio

Ahora bien, Francisco defiende la vida pero no jurídicamente, no coercitivamente. Y eso puede estar muy bien pero parece contradecir lo sucedido durante más de 50 años. Lo cierto es que la despenalización jurídica del aborto ('hoy convertida en derecho al aborto') ha disparado el número de abortos, es decir, de homicidios, por todo el planeta, hasta convertirse en la lacra del siglo XX y del siglo XXI.

Y la guinda de la tarta: el Papa critica abiertamente al arzobispo de San Francisco, Joseph Cordileone, quien ha prohibido que se otorgue la comunión a Nancy Pelosi, presidenta del Congreso norteamericano: "Cuando la Iglesia pierde su naturaleza pastoral, cuando un obispo pierde su naturaleza pastoral, esto provoca un problema político. Esto es todo lo que puedo decir".  

Es decir, abronca a Cordileone por ser coherente con la doctrina cristiana. ¡Muy fuerte! Sobre todo, después de que la ensoberbecida Nancy Pelosi se haya planteado en el Vaticano y, en la fiesta de San Pedro y San Pablo, presidida por el Papa, en la mismísima Basílica de San Pedro, haya comulgado, haya hecho aquello que le ha prohibido su obispo. Sin embargo, para Joe Biden y Nanci Pelosi ni la menor crítica. La culpa es de Cordileone.