Una madre ante su hija con Síndrome de Down. "Si Dios me la mandó es una bendición"
Eddy inscribió a sus hijos en el CADI (Centro de Apoyo al Desarrollo Integral), institución del Uruguay que busca ayudar a mejorar la calidad de los niños y de las familias en situación de riesgo social.
Eddy piensa que en CADI aprendió a ver la mano de Dios en todo. Ante su último hijo con el Síndrome de Down afirmó "Si Dios me lo manda es una bendición".
En la VI carrera Down Madrid participaron más de 4.000 corredores con Síndrome Down. Evento que está apadrinado por el entrenador Vicente del Bosque e hijo Álvaro, con Síndrome Down (en la imagen).
"Son niños que no causan nunca disgustos", asegura María Victoria Troncoso que dio a luz a una chiquilla con el Síndrome de Down. Lo normal es que suceda un caso por cada 800 nacimientos, entre jóvenes de 30 a 34 años.
En Europa se da una singularidad callada y trágica: la edad del embarazo se demora, pero la incidencia del Síndrome de Down decrece. La razón de esta irregularidad estadística, ya no nacen niños con el Síndrome de Down, porque son exterminados cuando aún se localizan en el claustro materno. Son unas criaturas que se encuentran en riesgo de extinción.
Por otra parte, la publicación The New England Journal of Medicine, anunció el proyecto de una nueva prueba, no invasiva, que permitirá descubrir el Síndrome de Down a los tres meses de la fecundación, con una exactitud del 87%.
Un facultativo que había ayudado al nacimiento del hijo de Ana, le notificó la novedad: "Su hijo tiene el Síndrome de Down". Convocó Ana a su esposo y le dijo: "Tendremos que ir a por el tercero". El tercero, Javier, nació sin ningún tipo de síntomas.
Vegetamos en un declive moral en el que los padres empiezan a asesinar a sus hijos por no tener ciertas peculiaridades. Esta actitud es ofensiva, se asienta en la incultura: el Síndrome de Down no es un asunto estético, sino un achaque de una criatura débil e indefensa.
"Tengo 21 años. Cuando nació mi hijo me dijeron que tenía Síndrome de Down, me quise morir. Atravesé por una depresión de tres meses. Ahora sé que el concepto que tenía del Síndrome de Down era distinto. Se acerca a los dos años, lo capta todo y ya ha empezado a hablar. Si retrocedieran en el tiempo y me hubiera hecho la prueba y me aseguraran que mi hijo viene con Síndrome de Down, nunca me practicaría el aborto".
Clemente Ferrer
clementeferrerrosello@gmail.com