Los consumidores, también algunos ecologistas, compramos productos alimentarios casi siempre por el precio, eso lleva a que con mucha frecuencia consumimos productos procedentes de países terceros que no han pasado los controles que exigimos a los españoles.
Tal vez por ello desde el Ministerio de Agricultura… se propuso establecer un etiquetado sencillo, abierto a todos los productos agroalimentarios, fácil de aplicar y que no suponga un coste añadido para que los consumidores "reconozcan el valor" de los alimentos comunitarios.
En este contexto es también importante destacar la necesidad de que el modelo de producción europeo, además de satisfacer los requerimientos de los ciudadanos comunitarios, sea capaz de competir en los mercados internacionales. Pienso que se debería poner en marcha estrategias de promoción en terceros países para informar de las ventajas y del valor añadido de los productos europeos.
En este sentido, cabe indicar que hay que aportar una información veraz del modelo agrario europeo y los sistemas de diferenciación de los productos que lo cumplen, para conseguir una valorización comercial.
Por último, desde el Ministerio apuntan que si se ha impuesto una normativa a los operadores comunitarios, por encima de los requisitos internacionales "debería haber apoyos en los costes añadidos", ya que al no producirse esta retribución "se podría estar poniendo en riesgo a ciertos eslabones más débiles, como la pequeña industria artesana o el productor primario (agricultor y/o ganadero)". Estoy totalmente de acuerdo, pues esto último ya está pasando.
Domingo Martínez Madrid