No es la primera vez ni desgraciadamente será la última.
Hace poco más de un mes le escribí contándole otro caso, en los que se denuncia la disparidad sideral existente entre los precios de origen y destino de los alimentos o su correlación con otros productos de consumo.
Hace unos días se hizo pública esta comparativa con datos tan elocuentes como que el agricultor está percibiendo por una caja con 20 Kg. de naranjas el mismo precio que cuesta de media un café en un bar-restaurante, sobre 1,20 euros. O también que un ganadero esté cobrando hoy por 14 litros de leche lo que vale una cajetilla de tabaco en un estanco: algo más de 4 €.
La consecuencia más directa de estos desajustes es el abandono. Este año de entre 15.000 y 20.000 ha de cultivo de naranjos. Pero a la gran superficie parece no importarle, si no se producen naranjas aquí vendrán de Marruecos, si no se produce leche vendrá de Francia o de Nueva Zelanda.
Domingo Martínez Madrid