Hay una diferencia entre Putin, el eslavo a caballo entre Occidente y Oriente, y Barack Obama (en la imagen junto a Merkel), monarca de Occidente, muy a pesar de Occidente. Putin, con un cinismo propio de su pasado en la KGB introduce comandos en Ucrania disfrazados de activistas pro-rusos. Pero, al menos, utiliza, por así decirlo, la infantería.

Por contra, Obama planeó el ataque a Bhasar al Assad como un bombardeo desde el aire. Vamos, sin mancharse las manos. Para tumbar a un dictador, sí, pero que al menos respetaba a los cristianos -a los cristianos como Obama y Merkel, para entendernos- y cambiarle por un yihadista de los que crucifican a cristianos, se comen el corazón de sus enemigos y una fatwa les permite acostarse con sus hermanas a los valientes defensores del Islam. 

Es decir, Obama y su monaguillo, la emperatriz de Europa, Angela Merkel, utilizan las armas de Occidente para entronizar a unos salvajes islámicos financiados por los salvajes millonarios de Arabia Saudí, el aliado comercial de Occidente.

El Papa Francisco ha llorado cuando le han hablado de las crucifixiones musulmanas en Siria, porque, claro, aquí ya nos encontramos en la recta final de la barbarie. Justo esa recta final que apoya Washington. Recuerden que en la lucha entre Oriente y Occidente siempre ganan este último. El problema es que ahora Occidente no está en guerra con Oriente: se está suicidando.

Pero volvamos a Ucrania. Putin manda infantería a Ucrania, y con las peores intenciones anexionistas, porque los rusos todavía creen en algo -aunque no me gusta todo aquello en lo que cree Putin- mientras Obama y Merkel, como Pili y Mili, responden con una canción: sanciones pecuniarias. Sencillamente, Obama y Merkel son dos cobardicas que representan a un Occidente descristianizado y, por tanto, cobarde.

¿Estoy proponiendo que Washington vaya a un enfrentamiento armado con Moscú en tierra de Ucrania No, por supuesto. La primera opción del cristianismo occidental siempre debe ser la paz. La segunda es mostrar los dientes, porque el primer objetivo de un ejército civilizado es disuadir, no golpear, y porque la primera ley de la guerra consiste en defenderse, nunca atacar. Ahora bien, si realmente quieres defender a Ucrania envía tropas a Ucrania. Tropas de infantería, a pie de tierra, no cazas ni misiles. El misil sólo impresiona al enemigo cuando le golpeas con él. Cuando le matas.

Por ahora, Obama y Merkel están bloqueando cuentas corrientes. ¡Tiembla Putin!

En cualquier caso, si Obama fuera un dirigente cristiano y no un chulito acomplejado, que hoy insulta a Putin diciendo que es un tipo de la guerra fría y mañana le amenaza con "gravísimas sanciones económicas"; si fuera un hombre pacífico y valiente, habría cogido un avión y se habría plantado en el Kremlin y habría llegado a un acuerdo sobre Ucrania. Porque el coraje moral sí impresiona al alma eslava y le vacuna contra su peor tendencia: la autodestrucción.

Y no habría hecho lo que hizo: burlarse de Vladimir Putin, exhibiendo su torso desnudo y asegurando que le gusta mucho a los republicanos. Todo para conseguir las risas, más o menos forzadas, de los corresponsales ante la Casa Blanca. En un momento de guerra civil en Ucrania y de maniobras de la OTAN en el País Báltico, lo único que faltaba para crispar la situación eran las gracietas del chulito de don Barack, con una ofensa directa al presidente ruso.

A la vuelta de unos años, los Simpson ya no utilizarán a Jimmy Carter como el arquetipo del presidente norteamericano inútil. Tendrán a Barack Obama. Angela Merkel aparecerá como su cuñada feminista. Eso sí, el actual inquilino de la Casa Blanca no nos lleva de vuelta a la Guerra Fría, acompañado de enfrentamientos locales de lo más calientes.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com