Sr. Director:

Ya es bien sabido que la virtud de la valentía es inexistente en las almas de los terroristas. Todos conocemos, por desgracia, sus métodos de lucha. Métodos basados en el cobarde disparo por la espalda, y por  diferentes tipos de bombas, eso sí, siempre que estos sistemas explosivos  les garanticen una distancia adecuada para la huida.

Lo que no sabíamos, y hoy nos desvela un periódico, es que la cobardía terrorista llega a situaciones extremas. Me refiero a la huelga de hambre que se suponía que hasta hace poco llevaba a cabo el terrorista José Ignacio de Juana Chaos. Por no tener coraje, no es capaz ni de pasar hambre y se ha alimentado de miel, jamón cocido o pan de molde, según relata El Mundo en su edición del pasado domingo.

Este teatrillo carcelario, bajo el amparo de las conversaciones entre el Gobierno y la ETA, ha servido para que el fiscal baje la petición de pena para él, desde los noventa y seis  a los seis años de prisión por amenazas terroristas. Resulta obvio que en esta decisión han intervenido las negociaciones entre nuestros gobernantes y los etarras, por mucho que lo nieguen todos los amantes de lo políticamente correcto.

De esta forma este señor podría salir a la calle dentro de unos años, me parecería muy bien si fuera solo por los delitos de amenazas, pero quizás mucha gente no se ha planteado porque estaba encarcelado antes de proferir dichas amenazas.

Cristóbal Villalobos Salas

villavilla756@hotmail.com