Más cocina y menos declaraciones. Es la receta del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. ¿Por qué no se aplica el cuento? El diálogo social lleva convocado desde el pasado verano sin que haya dado ni un solo resultado. Mucha mesa, reunión, dietas y papeles, pero ni un solo resultado. Pobre, muy pobre.
Por su parte, la receta de su compañero Cándido Méndez es la tradicional presión. Pero no al Gobierno que le reclama cariño, sino a la patronal, a esa que está apalancada, con problemas de competitividad, con dificultades de acceder al crédito y que amontona por procesos de concurso y quiebra. El mundo al revés. La banca probablemente ha sido irresponsable, la empresa avariciosa, el trabajador absentista y el Gobierno miraba para otro lado. Ahora toca afrontar la recuperación entre todos. Pero pensar que el Gobierno no tiene ninguna responsabilidad en una crisis que ni vio ni quiso ver, que negó como San Pedro, sobre la que mintió y miente en sus causas, que obvió sus consecuencias y que sobreconsideró las posibilidades de nuestro país para afrontarla, es un despropósito sindical.
Y por cierto, ¿cuándo van a empezar a preocuparse los sindicatos de los 4 millones de parados y de los 5,5 millones de trabajadores temporales? Les pagan -los pagamos- para eso.