Decíamos ayer que la pugna entre los hermanos Polanco, apoyados por Pancho Pérez contra su empleado Juan Luis Cebrián continúa. En primera instancia, cualquiera apostaría por el triunfo de la propiedad, pero eso sólo sucede cuando la propiedad conoce el negocio. No es el caso del actual presidente Ignacio Polanco y de su hermano, Manuel.
El caso es que Cebrián intenta que Berlusconi no tome nada de PRISA -tampoco de Cuatro- en cuyo caso sabe que duraría más bien poco. Su estrategia consiste en vender parte de los activos para pagar su enorme deuda, presionando a los acreedores es decir, a los bancos.
Ahora ha vendido un 20% de Digital a Telefónica. No hace mucho se descubrió que Digital debía más de 200 millones de euros, por lo que Cebrián ha vuelto a pisar el callo: si quieres cobrar entra aquí. Y no sólo eso: ha conseguido que le valoren la compañía en 2.350 millones (2.250 millones porque se ha retirado la deuda de empresa). Por decir, algo, cuando Vivendi -hermano de sangre, de sangre masoncilla, de PRISA- se retiró de la puja, dijo no estar dispuesto a pagar un duro más de los 1.800 millones de euros y se supone que la cartera de clientes de PRISA se está deteriorando por el empuje de Mediapro, que lo compra todo y tira con Pólvora del Rey, bueno, con pólvora del presidente.
Eso sí, Alierta sólo ha estado dispuesto a emplear el dinero obtenido en la plusvalía de la venta del 16,7% de Sogecable, aquel gesto de prepotencia de PRISA que lanzó una OPA innecesaria, al tiempo que exigía a Telefónica no acudir a la misma. En defensa de sus accionistas, Telefónica se negó. Sólo que ahora ha tenido que ceder lo ganado. Veremos si le saca rendimiento.