Visto el aumento espectacular del desempleo, y los medios para combatirlos -a todas luces precarios y fugaces-, le transmito dos reflexiones. Sinceramente, aunque yo las exprese no son mías; son de dos de mis pacientes:
1) Fina, ¿que haría Ud. si se encontrase sin subsidio y tampoco le alcanzase la chocolatina de los 420 €? Respuesta: ¡Trabajar, trabajar en lo que sea! Mire, en 60 años he hecho de todo: Bordar, coser, recoger fruta, trabajar en telares, hasta que me he superado y soy Diplomada Universitaria. Gracias a Dios, no he sufrido serios percances, ni he tenido bajas laborales. Me realizo trabajando. Tomemos nota, españolitos (dicho con todo el respeto y cariño). ¡¡¡TRABAJAR...!!!
2) Eusebio: Seguro que no hay tantos parados; eso es un bulo. Ten en cuenta que hay mucho aprovechado, poniendo dos cazos: a) El del subsidio. b) El de las "chapuzas". Además he visto casi de todo; me crié en una postguerra, bueno, con racionamiento, sin padre, tengo 63 años, llevo haciendo TIR internacional casi 40 años, y me parece aberrante que Perico se jubile en el banco a los 53 y yo siga haciendo viajes por Europa, de casi 1 mes de duración. ¿Por qué no te jubilas, Eusebio? Respuesta: Aún tengo un chaval en la Universidad, y hay que esforzarse. Como mi nómina es jugosilla, si me jubilo antes de los 65 pierdo mucho. Además, me dan grima los tipos que a los 58 "se cansan", empalman 2 años de paro y a chupar leche condensada. Conclusión: Agravio comparativo. ¿Quizás inconstitucional? Hay profesionales que sucumben en el trabajo a los 65, y otros sujetos que perviven desde antes de finales de la cincuentena, a costa del resto de cotizantes. Mal asunto...
Juan Martínez Lozano
jumartinezl@medynet.com