También Mercedes de la Merced, marginada en el PP. Sindicalistas, sólo Bedia, ya próximo a la retirada. Lo más llamativo: permanece Moral Santín, el apoyo de Blesa, y Arturo Fernández. ¿Y la despolitización? Todo indica que es un consejo de trámite hasta la consolidación de las fusionadas como banco
La nueva sociedad central de la SIP de Cajamadrid (Banco Financiero y de Ahorros SA) está formado por esa entidad, Bancaja y otras cinco cajas de ahorros: Laietana, Segovia, Canaria, Rioja y Ávila. A Cajamadrid le corresponden la mitad de los 22 consejeros, a los que hay que unir los seis de Bancaja, otros dos que serán rotatorios (de hecho, la Caja de Canarias ha comunicado que nombrará al presidente de la entidad, Juan Manuel Suárez del Toro Rivero, como miembro del conseo de la SIP), a propuesta de las cinco entidades restantes, y otros dos independientes.
Entre los nombramientos propuestos por Rodrigo Rato hay varias sorpresas. La primera, no entra en el Consejo del Banco Financiero y de Ahorros, Estanislao Rodríguez Ponga, quien fuera responsable de la Hacienda con Rato como vicepresidente económico y que ya tuviera que ceder la vicepresidencia de Cajamadrid cuando el director gerente del FMI llegara a la entidad madrileña.
Aún más llamativa resulta la entrada en la SIP de Ricardo Romero de Tejada, un hombre polémico desde el escándalo Tamayo y Sáez, en la Asamblea Madrileña. Igualmente sorprende que se eleva a Mercedes de la Merced, un tanto marginada en el aparato del PP.
El equilibrio político se mantiene con la elevación a la SIP de dos vicepresidentes de la entidad madrileña: el socialista Virgilio Zapatero y el comunista Moral Santín, brazo derecho del poco comunista Miguel Blesa, anterior presidente de Cajamadrid. Consejero de la SIP será, también, Arturo Fernández, presidente de la patronal CEIM y de la Cámara de Comercio de Madrid.
Entre los sindicalistas, sólo accede Pedro Bedia, quien, además, está en vía de jubilación. Por el momento, poca despolitización
En definitiva, todo indica que las primas del Gobierno y del Banco de España han hecho que Rato trabaja a toda velocidad para poder emitir títulos suscritos por el FROB- y para acceder las ayudas a la reconversión pendiente (en el mejor de los casos, reducción de plantilla de 4.000 trabajadores). O dicho de otro modo, el primer Consejo del Banco Financiero y de Ahorro (¿BFA?) está llamado a ser renovado, previsiblemente reducido.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
La nueva sociedad central de la SIP de Cajamadrid (Banco Financiero y de Ahorros SA) está formado por esa entidad, Bancaja y otras cinco cajas de ahorros: Laietana, Segovia, Canaria, Rioja y Ávila. A Cajamadrid le corresponden la mitad de los 22 consejeros, a los que hay que unir los seis de Bancaja, otros dos que serán rotatorios (de hecho, la Caja de Canarias ha comunicado que nombrará al presidente de la entidad, Juan Manuel Suárez del Toro Rivero, como miembro del conseo de la SIP), a propuesta de las cinco entidades restantes, y otros dos independientes.
Entre los nombramientos propuestos por Rodrigo Rato hay varias sorpresas. La primera, no entra en el Consejo del Banco Financiero y de Ahorros, Estanislao Rodríguez Ponga, quien fuera responsable de la Hacienda con Rato como vicepresidente económico y que ya tuviera que ceder la vicepresidencia de Cajamadrid cuando el director gerente del FMI llegara a la entidad madrileña.
Aún más llamativa resulta la entrada en la SIP de Ricardo Romero de Tejada, un hombre polémico desde el escándalo Tamayo y Sáez, en la Asamblea Madrileña. Igualmente sorprende que se eleva a Mercedes de la Merced, un tanto marginada en el aparato del PP.
El equilibrio político se mantiene con la elevación a la SIP de dos vicepresidentes de la entidad madrileña: el socialista Virgilio Zapatero y el comunista Moral Santín, brazo derecho del poco comunista Miguel Blesa, anterior presidente de Cajamadrid. Consejero de la SIP será, también, Arturo Fernández, presidente de la patronal CEIM y de la Cámara de Comercio de Madrid.
Entre los sindicalistas, sólo accede Pedro Bedia, quien, además, está en vía de jubilación. Por el momento, poca despolitización
En definitiva, todo indica que las primas del Gobierno y del Banco de España han hecho que Rato trabaja a toda velocidad para poder emitir títulos suscritos por el FROB- y para acceder las ayudas a la reconversión pendiente (en el mejor de los casos, reducción de plantilla de 4.000 trabajadores). O dicho de otro modo, el primer Consejo del Banco Financiero y de Ahorro (¿BFA?) está llamado a ser renovado, previsiblemente reducido.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com