Sr. Director:
Según leo en una carta al director, un sindicato pide la puesta en libertad del multimillonario doctor Morín, el dueño de trituradoras de bebés en su último trimestre de gestación, "bajo la excusa de no criminalizar el aborto".
Esa actitud por parte de un sindicato de signo marxista, me hace evocar aEl comunismo ha ocasionado muertos en cifras millonarias, de nacidos y no nacidos, debido a su totalitarismo feroz y su carencia de una ética bien fundamentada. Hasta la fecha ha habido muchas voces para pedir un Nüremberg para juzgar los crímenes del comunismo, como lo hubo para juzgar las eutanasias practicadas por los nazis; pero, a diferencia de los nazis, están en las instituciones y lo vetan. No sólo no han pedido perdón los comunistas (un conato se ha dado recientemente con Putin en la República Checa por la represión de las manifestaciones en la Primavera de Praga en 1968, y reconociendo, en Budapest, la "responsabilidad moral" de su país en la represión militar soviética del levantamiento de Hungría en 1956).
Ahora, se atreve el susodicho sindicato a suplicar la puesta en libertad de quienes han masacrado muchas vidas inocentes de niños no nacidos con seis, siete y ocho meses de gestación, verdaderos infanticidios que escandalizan incluso a abortistas recalcitrantes de dentro y de fuera de España. Arreglados estaríamos si, para no criminalizar los crímenes (de terroristas, machistas, etc.), se atrevieran algunos a pedir la libertad de los criminales.
Paloma Peñalosa
palperu1@gmail.com