Es Iberoamérica lo que hoy sostiene al Grupo. Reino Unido, mal.
El beneficio del primer semestre del Grupo Santander cayó un 21%. Asegura el banco que lideran Emilio Botín y Alfredo Sáenz que hay que descontar una dotación a fondo extraordinario por reclamaciones de un seguro de protección de pagos en el Reino Unido. La verdad es que las dotaciones para atender reclamaciones judiciales comienzan a convertirse en algo ordinario en la actual etapa por culpa de los defectos de comercialización de la anterior.
La parte positiva: los márgenes resultan mejores que los de otros competidores: crece el margen de intereses y el margen bruto. Pero todo lo que afecta a los accionistas resulta negativo: baja el ROE (casi un 28%) y la rentabilidad para accionista (23%). Lo peor, sin embargo, es la caída en la rentabilidad de los activos (23%) que, unido a las mayores exigencias de capital y a la consiguiente reducción del apalancamiento, continuará reduciendo la rentabilidad para los poseedores de títulos del banco. Al final, los accionistas se vengan y la acción del Santander sufrió una jornada bursátil de vértigo. En la recta final de la sesión su cotización caía más del 3% y arrastraba a todo el sector bancario y al propio Ibex 35.
Europa continental y Reino Unido afectan negativamente al resultado. Es Iberoamérica lo que hoy sostiene al Santander. Los costes operativos se disparan ( 10%) como consecuencia de la incorporación de nuevas entidades al grupo y el ratio de eficiencia se deteriora.
El crédito no crece ni casi los recursos de clientes, aunque sí los depósitos de éstos últimos: hace falta liquidez.
Eulogio López
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