No ha sido lo que Convergencia, y menos Unió, ha defendido siempre

 

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, hablaba antes de comenzar el Debate sobre el Estado de la Nación. Le preguntaban sobre la deriva independentista de Durán i Lleida, especialmente después de la manifestación del pasado sábado. Camacho lamentaba que Durán i Lleida se hubiera quitado la careta y apareciera un rostro independentista, que asegura nunca ha sido lo que ha defendido Convergencia y desde luego Unió. Cañita, sin sangre, porque ella sabe indispensable el enlace con CiU,  para la gobernabilidad de España.

Lo cierto es que el político Durán i Lleida no se ha mostrado independentista catalán. Su razonamiento fue este: en cuanto al Estatut, ha pedido al presidente Montilla que convoque cuanto antes elecciones en Cataluña, ya que tras la indignación que expresaron los ciudadanos en la calle en la manifestación convocada el pasado día 10 en Barcelona, ahora puedan también expresarla con su voto en las urnas.

Según Durán, una gran mayoría de catalanes quiere un cambio de Gobierno que llegará, a su juicio, de la mano de CiU.

Durán ha dicho que la sentencia ha dado aliento al independentismo catalán y va a hacer muy difícil que esa comunidad autónoma pueda llegar a tener un acuerdo de convivencia con España porque PP y PSOE mantienen una perspectiva errónea al respecto.

Por su parte, Rosa Díez reclamó en el patio del Congreso que se debatiera sobre el Estado de la Nación española, reclamando la unidad de todos los españoles. O sea, su discurso de siempre. La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, pasa de largo. Tiene miedo a hablar. Porque ya se sabe que cada vez que habla, monta un número. Por su parte, Chacón pide un debate limpio y Sebastián aparece sin corbata. Por aquello de la eficiencia energética.

Última anécdota: la mujer de Zapatero, Sonsoles, estaba presente en el hemiciclo. Curiosamente no ha aplaudido el discurso de su marido. ¿Protocolo o aburrimiento?