El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, todavía no ha sido confirmado por Salgado. Chacón, incómoda por tener que despachar con Salgado como su subordinada. El aspirante a vicepresidente económico, Miguel Sebastián, enconado por tener que rendir pleitesía a quien ha 'ocupado' su puesto. Chaves no admite ser el vicepresidente tercero. Ontiveros fue vetado por el Banco de España por ser el hombre de las cajas de ahorros. Vegara tampoco pudo ser por su enfrentamiento con Montilla y proceder del clan Intermoney. A Salgado sólo le queda disparar el déficit fiscal con una política de gasto público  Salgado era el descarte. Pero no sólo. El presidente de AFI, Emilio Ontiveros, que sonaba en las quinielas fue vetado por el Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España. AFI está participado en un 40% por la CECA y su clientela son mayoritariamente cajas de ahorros. No tenía sentido que el Banco de España diseñara un plan de salvamento de cajas´-está en ello- y que el ministro de Economía fuera un hombre de las cajas.
El segundo descartado de las quinielas fue David Vegara. Tenía aspiraciones a ministro. Pero no pudo ser. En primer lugar por su mala relación con José Montilla. Y Vegara es del PSC aunque muchos no lo sepan. Y Montilla manda todo. Esto lo sabe todo el mundo. Pero es que además, Vegara es Intermoney.Y para nombrar a un Intermoney, lo razonable habría sido nombrar a Sebastián.
¿Por qué no Sebastián? Fácil. Además de su locuacidad, Sebastián es un liberal camuflado, igual que Solbes. Y Zapatero quería alguien que no ofreciera resistencias a sus políticas de gasto. Quería un ministro de Hacienda que no estuviera coaligada con el resto de ministerios de gasto. Voilá. Salgado. Una ministra marioneta y de la cuota. No os habéis fijado que tengo dos vicepresidentas. De esta manera, los ministros en la sombra (Ontiveros, Granado, etc) seguirán proponiendo, Zapatero seguirá disponiendo y Salgado ejecutará en lugar de negarse a aumentar el gasto, como hacía Solbes. Es lo que Zapatero llama remar en la misma dirección a mayor ritmo.
De esta manera cabe prepararse para una senda de mayor gasto. Aunque Zapatero diga que hay que esperar a finales de verano para evaluar un posible paquete fiscal, la realidad es que Pepiño Blanco prepara un nuevo paquete de infraestructuras. Y ahora es el momento de escuchar la oferta de colaboración público-privada de la SEOPAN de David Taguas, quien por cierto, obtuvo el placet de la Oficina de Conflicto de Intereses del ministerio de AAPP que hasta antes de ayer llevaba Salgado.
Taguas propone una inversión de 11.000 millones de euros anuales en 2009 y 2010. ¿Financiación? Contra deuda. Pepiño comprará. Salgado bendecirá. Más. Sebastián quiere resolver el encallado déficit tarifario contra presupuesto. Solbes lo frenaba. Era un obseso del equilibrio presupuestario. Pero Salgado también compra. Más déficit. Además, Corbacho-Zapatero quieren ampliar el seguro de paro de dos a tres años. Salgado dirá amén. Es lo que se llama remar en la misma dirección a mayor ritmo. Ahora sí que hay margen para nuevas políticas discrecionales.
El problema de estas políticas socialdemócratas es que llegan tarde. Con un Gobierno paralizado hemos logrado por el mero juego de los estabilizadores automáticos el mayor deterioro de las cuentas públicas. A principios del 2008 el superávit era del 2,2%. Al cierre del ejercicio, el déficit era de 3,8%. Total: 6 puntos de erosión de las cuentas públicas. O lo que es lo mismo: 60.000 millones de euros. Y sin hacer nada. Llegamos tarde para políticas socialdemócratas. El culpable: el tancredismo presidencial y vicepresidencial. Solbes se vio superado por las circunstancias.
Dicho esto, la llegada de Salgado ha sentado muy mal en el mismo Gobierno. Los liberales camuflados no comparten la política de gasto y déficit a la que parece disponerse el Gobierno. Pero además, están las formas. Chacón se muestra molesta por haber sido llamada a capítulo. Porque resulta muy discutible que Defensa sea un Ministerio económico. Por eso sus asesores se encargaron de filtrar que la seguridad de los soldados españoles en el exterior estaban por encima de todo. Su presupuesto no se toca.
Pero quien está que fuma en pipa es Miguel Sebastián, que no soporta haber sido llamado a capítulo por Salgado. El que aspiraba a ser vicepresidente se ve obligado a rendir pleitesía a la marioneta de Zapatero. Inaguantable. Donde también hay roces es con Chaves. Salgado supuestamente será la responsable de la financiación autonómica. Pero Chaves sabe que ZP le ha fichado para que ate a Montilla en corto. Así que ambos no terminan de entenderse. Como muestra, la imagen de ambos tratando de pasar el primero por la puerta. Y eso de que Chaves sea llamado con Salgado con las cámaras de televisión esperando, no lo soporta.Él dice que no es el vicepresidente tercero, sino vicepresidente a secas. Vamos, que el nuevo Gobierno es todo menos un equipo bien avenido. Zapatero parece empezar a perder la flor que tenía en el culo. Con perdón por el casticismo.
Con todo ello, es lógico que los españoles no confíen en el nuevo Gobierno, al que no concedan ni cien días de confianza, ni tan siquiera diez, al nuevo Gobierno.