Rubalcaba tiene sus principios: no contesta a declaraciones de líderes políticos desde la sala de prensa de Moncloa. Ahora bien, sigue el pensamiento marxista (de Groucho) y si no le gustan (al propio Rubalcaba), tiene otros. En el caso de Aznar aplicó los "otros principios". Por el contrario, para las declaraciones de Urkullu, aplica la primera máxima.
El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, señaló este viernes que Sortu logrará finalmente estar presente en las elecciones. Para Urkullu, no permitir el registro de Sortu es lo mismo que la ilegalización del PC.
En realidad, Urkullu podría permitirse éstas y otras declaraciones más duras porque el Gobierno necesita el apoyo del PNV para acabar la legislatura. Por eso, Rubalcaba saca su lado más flexible y recurre a la tesis que maneja desde hace un par de semanas: estamos en el principio del fin de ETA y algunos quieren ir más deprisa. El vicepresidente se muestra como un hombre de Estado y asegura que no se debe romper la unidad. Sobre todo la del Gobierno con el PNV.
Rodrigo Martín
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