La multinacional alemana de bienes de equipo -segunda en el ranking mundial tras General Electric-, siempre ha recibido trato de favor en España. Nuestro sistema sanitario, así como las infraestructuras de transportes y de telecomunicaciones, podría decirse que han sido hechas por Siemens. Todo ello a pesar de que la compañía alemana protagonizó la condena judicial por soborno político más importante de toda la era felipista: el caso AVE. De hecho, se trata de la multinacional más salpicada por escándalos de sobornos en todo el mundo.
No en vano, su Ceo, Peter Loshër se ha dedicado a refundar Siemens de arriba a abajo y ha finiquitado a toda la clase directiva anterior, aunque no está claro si ha limpiado la imagen de Siemens en el mundo.
En España, colocó a su amigo Francisco Belil y le ha mantenido más allá de la edad de jubilación prevista en las empresas alemanas (entre los 63 y los 65 años).
Una de las estrategias más socorridas de Siemens consiste en cambiar a su cabeza visible en España según quien controle el Gobierno. Por ejemplo, con la llegada de Aznar al poder, Siemens colocó a Eduardo Montes, conocido amigo del presidente del Gobierno y reconocido pepero.
Cuando Zapatero conquista La Moncloa, Montes, ya en la central alemana de Munich pero todavía al frente de Siemens España, es relevado por Francisco Belil, entonces presidente de Bayer España y filosocialista.
Ahora soplan vientos de cambio en España y Siemens se prepara para jubilar a Belil y poner en la Presidencia a Rosa María García (en la foto), que antes presidió Microsoft España y que no es, precisamente, una socialista entusiasta.
Lo previsto, según fuentes de la propia Siemens, es que el cambio se produzca a fin de año.
Con ello pierde la carrera por la Presidencia española de la multinacional germana Pascual Dedios Pleite, responsable de la división de Industria.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com
