- La avería del Airbus 310 de la Fuerza Aérea española es la quinta que se produce en un avión oficial en cinco meses.
- Esto resta valor a las pretensiones del ministro de Defensa, que ha ido al viaje para vender su idea de un futuro complejo militar industrial español. Pero debería plantearse su dimisión.
- La ministra de Fomento empeñada en conseguir petrodólares en forma de contratos para las empresas españolas no dudó en ponerse la prenda árabe.
- El Rey fue recibido por el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan y se encontró con el príncipe heredero, pero no vio a la máxima autoridad de Abu Dhabi.
La primera parte de la gira del Rey Juan Carlos, en la que ha visitado Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait desde el domingo al miércoles, no podía tener un desenlace más ridículo. Aunque es positiva la mediación del monarca entre los gobiernos islámicos y las empresas españolas -una vez más el Rey ha inclinado la cabeza ante ellos-, el avión se averió, escuchamos al ministro 'armamentista' presumir de la industria militar -él sabe por qué- y Ana Pastor vestido de un modo muy poco convencional.
Empecemos por el último, en el tiempo, de los sucesos ridículos. El Airbus 310 de la Fuerza Aérea Española, que trasladaba al Rey y a la numerosa delegación española, se ha averiado y su despegue se ha tenido que retrasar. Se trata de la quinta avería que se produce en un avión oficial en los últimos cinco meses, pues la primera tuvo lugar a finales de noviembre en la aeronave que debía trasladar al Príncipe Felipe a Brasil. A esta le siguieron otras en los viajes del Príncipe, del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la Reina Sofía. Esto clama ya al cielo. ¿El responsable El ministro de Defensa, Pedro Morenés, pues las aeronaves pertenecen al Ejército, por lo que debería plantearse seriamente su dimisión.
Después de la avería del avión de la Reina, a finales de marzo Morenés se reunió con el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, y el jefe del Estado Mayor del Aire, el general Francisco Javier García Arnaiz, para abordar el tema de las repetidas averías en los aviones oficiales que trasladan a las altas autoridades y las medidas a adoptar de considerarse necesarias. La última avería en el avión del Rey pone de manifiesto que si se tomaron medidas en esa reunión no han tenido ningún efecto.
Pero Morenés, nombrado por el Rey, bueno en realidad por Rajoy con la indicación del monarca, no debería dimitir sólo por la avería del avión, sino porque ha viajado a los dos países árabes para vender un futuro complejo militar industrial español con Indra y Navantia a la cabeza. Sin embargo, ha salido escaldado, pues ha ido a presumir de la industria militar española y el avión oficial -y militar también- se ha averiado.
Hay que destacar que desde marzo del año pasado, el mantenimiento de las aeronaves oficiales lo realiza la compañía aeronáutica europea EADS, que sustituyó en esta tarea a Iberia. Morenés estuvo relacionado con EADS, pues fue director general de la empresa paneuropea de misiles MBDA, la cual está participada por BAe Systems y EADS. Además al máximo responsable del Ministerio de Defensa no le preocupa el ejército, cuyo presupuesto se ha visto mermado un 32% desde el 2008, sino sólo la industria militar. Pero presume de lo que a día de hoy no es ninguna realidad.
Otro de los sucesos ridículos lo ha protagonizado la ministra de Fomento, Ana Pastor (en la imagen), que se tuvo que poner la chilaba con el fin de conseguir petrodólares en forma de contratos para las empresas españolas.
Está bien que en la visita al mausoleo donde está la tumba del jeque Zayed bin Sultan Al Nahyan, fundador de los EAU, la señora Pastor se pusiera el velo como muestra de respeto, pero es demasiado que se tenga que poner la chilaba para convencer a los dirigentes árabes de que contraten a las empresas españolas en sus obras. Una cosa es la diplomacia, el respeto y otra muy distinta hacer la pelota y mendigar, ¡un poquito de dignidad!
Aunque la ministra también ha aparecido en algunas ocasiones con un traje chaqueta, pero no en los encuentros a corta distancia. Su esfuerzo por conseguir petrodólares se ha visto recompensado con la firma de un acuerdo de colaboración con el gobierno kuwaití para cooperar en su ambicioso Plan de Desarrollo de Infraestructuras, que cuenta con una inversión de 100.000 millones de dólares (unos 72.500 millones de euros) para realizar: carreteras, puertos, la red ferroviaria que conectará con otros países del Golfo y el Metro de Kuwait.
El tercer suceso ridículo tiene que ver con los comienzos de este viaje. Pues el Rey fue recibido por el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, que es medio hermano de Jalifa bin Zayed Al Nahayan. Este último es el actual presidente de los EAU y emir de Abu Dhabi. Es decir, que al monarca español no le recibió la máxima autoridad de los EAU. Además no tuvieron ningún encuentro, pues al almuerzo, posterior al encuentro empresarial, acudió el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi. Sin embargo, en Kuwait, Don Juan Carlos sí ha contado con el recibimiento del jeque Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, emir de este Estado.
Por último no podemos olvidar el tamaño de la delegación española, pues junto al Rey han viajado: el jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno; cuatro ministros (Ana Pastor, de Fomento; Pedro Morenés, de Defensa; José Manuel García Margallo, de Exteriores y José Manuel Soria, de Industria); varios secretarios de Estado (Rafael Catalá, de Infraestructuras; Gonzalo de Benito, de Exteriores y Jaime García-Legaz, de Comercio) y 15 ejecutivos de importantes empresas españolas (ACS, Indra, OHL, Airbus, Técnicas Reunidas, FCC, CAF-Talgo, Abengoa, Cepsa, Ferrovial, Navantia, Sener, Ineco, Constructora San José y Typsa).
Esperemos que en el próximo viaje, en el que el Rey visitará Omán y Bahrein a finales de mes, no se haga tanto el ridículo, pues no se puede mendigar tanto, sino que se debe mostrar más dignidad.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com