Sr. Director:
El Partido Republicano afronta la carrera presidencial de 2012 con una absoluta falta de liderazgo. El candidato favorito, Mitt Romney, no llega a calar en las bases republicanas.
Su perfil de moderado y el hecho de ser mormón, no ayuda a la hora de ganar simpatías entre los militantes del partido del elefante. El resto de candidatos republicanos carecen de una cosa necesaria para ganar a Obama, moderación.
El Tea Party y otras corrientes del Partido Republicano no hacen más que alejar cualquier posibilidad de victoria. Mitt Romney ha sido buen gobernador, solventó la crisis de Massachusetts, aprobó una reforma sanitaria similar a la que adoptó el actual mandatario de la Casa Blanca, y sus visiones en temas sociales no son del todo conservadoras para un país como Estados Unidos.
Si los republicanos no terminan por afianzar a un líder como Romney, perderán la ventaja de poder presentarse como alternativa de gobierno, amén de que los demócratas solo tienen que desacreditar a Mitt Romney o a cualquier otro líder que pueda hacer sombra a Obama. Si las primarias las gana cualquier candidato que no sea Romney, la actual administración tiene asegurada su reelección.
Mitt Romney debe seducir a la base republicana y fichar algún independiente que otorgue tirón a su equipo. El reflejo de pertenecer al 'establishment' y su personalidad gris no lograrán el apoyo masivo de los jóvenes, indecisos y nuevos votantes; aquellos que apoyaron masivamente a Obama en las pasadas elecciones.
Jorge Ipiña Pando