En inglés se llama "Ivory wave" y en castellano "Relámpago blanco". Las autoridades de Estados Unidos e Inglaterra han llamado la atención por su gran poder alucinógeno y de enganche o adicción.

 

Esta droga ha provocado algunas muertes entre los jóvenes anglosajones, como advierte un estudio publicado en la revista científica "Emergency Medicine Journal". Además, en Estados Unidos, se la considera la responsable de los instintos suicidas.

La delegada del Plan Nacional sobre Drogas ha aseverado: "Nos preocupa que puedan convertirse en un problema, aunque nuestra realidad es bien distinta. Nuestros problemas son el alcohol, el tabaco, la marihuana y la cocaína. El 80% de los jóvenes ingieren bebidas etílicas. Muchos niños de 12 y 13 años se toman cuatro copas en menos de tres horas, durante el fin de semana, perjudicando seriamente su desarrollo, tanto psíquico como físico".

Por otra parte, en Estados Unidos, las sales se venden en tiendas naturistas y comercios que abren las 24 horas. El paquete de 500 milígramos cuesta 25 euros. Las drogas de síntesis se venden de forma legal y están diseñadas para engancharse rápidamente a ellas. Son producidas en laboratorios a partir de modificaciones de sustancias naturales e intentan imitar a los opiáceos y a la cocaína con fórmulas basadas en los principios químicos de esas drogas.

Esta droga contiene una sustancia similar a la cocaína y que una vez fumada, esnifada o inyectada, provoca una fuerte dependencia. "Ivory wave" es un sustitutivo de la mefedrona, otra droga de síntesis que se vendía como abono para plantas y que ha sido prohibido para el consumo humano por el Parlamento Europeo.

Estados Unidos y Reino Unido no son los únicos países donde se ha detectado la aparición de esta nociva sustancia entre los adolescentes. También las autoridades australianas se están planteando suprimir su comercialización y consumo, tras una inquietante investigación de la Universidad de Sydney sobre sus nocivos efectos.

Todas las drogas llegan directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que los narcóticos pueden producir daños como, zozobra, melancolía, brotes psicóticos o tendencias al suicidio.

Clemente Ferrer

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