"Ahora tenemos que ir a por ellos. Hay que ganar las elecciones", espetaba uno de los asistentes a la presentación del libro "Mis ocho años en la Moncloa" a Mariano Rajoy. "Bueno, ahora lo que tenemos que hacer es centrarnos en ordenar el partido", respondía con prudencia el gallego. Se acabaron esos mensajes triunfalistas de "vamos a ganar", "hay que salir a ganar por goleada". Ahora Rajoy aspira a "ordenar el partido" y tira la toalla con las europeas.
Ambas son buenas razones para que Rodrigo Rato saliera escopetado del acto de presentación del libro de Ana Botella. Ninguno de su equipo forma parte del núcleo duro del nuevo PP. Encabezar las europeas de un partido con ánimo de derrota tampoco resulta muy motivador. Ahora el PP de Rajoy sólo aspira a recolocar en las listas de las europeas al equipo de Rato para que, con el tiempo y el dinero que ofrece el puesto de eurodiputado, puedan trabajar en Bruselas los papeles necesarios para hacer la oposición económica en Madrid. Eso se llama creer en las instituciones.