Antonio tiene 38 años, es de Pontedeume y no recuerda cuando, hace ya muchos años, se le escurrió su vida de las manos. Su existencia se desbocó hace muchos años, y aunque ahora puede detallar todo lo que ha ocurrido en los últimos cinco meses, le cuesta trabajo hablar de su pasado. Su pasado es como un maremágnum informe y una pesadilla sin comienzo exacto ni final de la cual ha despertado. Ya va para cinco meses desde que inició lo que él llama "una vuelta hacia atrás", hacia un pasado muy lejano, cuando en cierto modo pilotaba su propia vida.
En Santiago de Compostela comparte piso y dos días a la semana acude a un grupo terapéutico en las instalaciones centrales de Proyecto Hombre en Galicia donde, según él mismo explica, "analizo mis sentimientos, mis necesidades reales, mis dificultades para reflexionas antes de actuar, y a valorar las consecuencias de mis actos".
Son casi cinco meses los que han transcurrido desde que abandonó la heroína y ha tenido que aprender "a socializar con personas alejadas de ese mundo, "a separar mi camino, a mirar hacia adentro para ver quién soy yo y a asumirme con mis virtudes y mis defectos". Su caso, sostiene, no difiere del de tantas otras personas a las cuales se atiende de forma ambulatoria en el centro, "desde el alcohólico a la señora ludópata que se gasta sus ahorros en el bingo, o los que están enganchados al móvil todo el día".
Porque Antonio, que ha recuperado la relación con su familia, deteriorada por su problema, ha interiorizado lo que es la esencia de los tratamientos que se llevan a cabo en Proyecto Hombre: "en el 99% de los casos todos compartimos la misma problemática, hay algo detrás de la adicción, una búsqueda de satisfacción rápida para evadirme de otro problema oculto que hay detrás".La Sede de Proyecto Hombre Galicia, donde Antonio ha vuelto "a aprender a andar", como él mismo describe su nueva situación, permite la atención ambulatoria de más de 180 personas al día. Con una superficie total de 4.809 metros cuadrados, la sede dispone de una estructura multifuncional de que acoge cinco áreas diferenciadas: zona de terapia ambulatoria, administrativa, residencial, talleres, áreas deportivas, jardines y aparcamientos. Estas instalaciones, inauguradas el 23 de febrero de 2012, ha sido obra de la arquitecta Elsa Urquijo. La infraestructura, construcción y equipamiento y mobiliario de todo el centro fue financiada por la Fundación Amancio Ortega, y tuvo un coste de más de seis millones de euros. Dispone de biblioteca, auditorio, salas de televisión, dormitorios y permite "optimizar recursos y trabajar a medio o largo plazo en colaboración con los otro ocho centros de Galicia".
En Proyecto Hombre Galicia, explica Ramón Gómez Crespo, "intentamos que cada uno se convierta en auriga de su propia vida mediante distintas terapias que ayudan a liderar un nuevo proyecto vital de forma autónoma, a encontrar una nueva red de relaciones, a conservar el trabajo o ayudar a buscar otro si es preciso y, por supuesto, a establecer un proceso de seguimiento".
La terapia puede durar dos años y medio y se sirve de instrumentos como cursos de informática o albañilería, talleres ocupacionales de todo tipo y la imprescindible colaboración de los voluntarios, que reciben cursos de formación continua. María Carril, directora de la Sede Central de Proyecto Hombre Galicia los describe así: "Son personas de todo tipo, desde familiares de pacientes a ex adictos que quieren ayudar desde su experiencia, o simplemente individuos que quieren ofrecer su tiempo libre en tareas tan variadas como coger el teléfono o ayudar a alguien a completar la ESO para que pueda incorporarse al mercado laboral".
A lo largo de las más de dos décadas que lleva funcionando Proyecto Hombre en Galicia, su director, Ramón Gómez Crespo, ha visto cómo han ido cambiando las tendencias y las pautas de consumo, así como la percepción social que se tiene de ellas: "Del estereotipo que se le atribuía al drogodependiente, como un delincuente marginal, residente en las grandes ciudades, se ha pasado al de una persona integrada socialmente, como el consumidor de cocaína, que tiene, digamos, 'mayor beneplácito social', incluso aunque su consumo pueda terminar derivando, por mor de la necesidad de autoabastecimiento. La cocaína es una droga que causa estragos".
La cocaína y el policonsumo de drogas, o la combinación de cocaína y alcohol, son tan peligrosas como la heroína, aunque no se compartan jeringuillas…También lo son todos los perfiles de adicciones que se tratan en Proyecto Hombre, desde la dependencia de las nuevas tecnologías, a las compras compulsivas o la ludopatía.
Como Programa Educativo-Terapéutico que es, Proyecto Hombre Galicia centra el problema en la persona. Desde ahí entiende la rehabilitación como un proceso de crecimiento personal de cara a la propia autonomía, a través de una dinámica de comunicación interpersonal y de autoayuda, y la interiorización de los valores humanos más fundamentales que dan sentido a la vida. Dirige su atención también a las familias. Ellas, los pacientes y sus amigos son en gran parte los protagonistas de la fiesta de la Solidaridad, que se celebra una vez al año, una celebración tan especial que, según María Carril, da por sí sola sentido a su vida y a su trabajo, y al de muchas personas que colaboran y trabajan en este proyecto: "Tiene lugar el segundo sábado de septiembre, y realmente impresiona ver pasar a tanta gente que estuvo aquí y vienen con los hijos que han tenido después de recibir el alta terapéutica, te cuentan cómo han sido sus vidas y comparten sus experiencias también con los pacientes".
También a Antonio, que ha asistido a una de estas fiestas, se emociona cuando habla de ella. "Quiero seguir volviendo siempre para dar también yo un consejo, que la droga no te lleva a ningún lado, que te crea más complicaciones en todos los ámbitos, te convierte en falso y egoísta. Y realmente no eres tú. Has caído en un pozo, pero tienes que volver atrás para salir de él. Sólo hay que echarle fuerza de voluntad para salir, y se sale. Y cuanto más tarde se empiece a empezar a andar es peor”.
Proyecto Hombre Galicia admite donativos de todo tipo, ya sea de forma fija, mediante la figura de socio colaborador, que abarca cuotas desde doce euros hasta mil euros al año. Aunque una parte de la financiación de Proyecto Hombre Galicia proviene de subvenciones y convenios con administraciones públicas y entidades privadas, esto no es suficiente para hacerle frente a los costes derivados de los servicios que actualmente desempeña. Su presupuesto es de 3.700.000 euros al año. Da trabajo a 110 profesionales en la sede central de Santiago y a 200 en toda Galicia y atiende a 1.200 personas al año. Aunque hasta ahora la financiación era pública en un 70%, ésta ha bajado, por motivos de la crisis a un 51,7%%. "Estamos en un momento difícil, en el que hay que optimizar costes, y cualquier ayuda es bienvenida", afirma su director, Ramón Gómez Crespo. Dicho queda.
Sara Olivo
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