Sr. Director:
Le voy a citar algunas vocaciones de protección abnegada de los demás en los varones: las Fuerzas Armadas, formadas muy mayoritariamente por varones que tienen interiorizado el espíritu de servicio, de defensa y protección a todos en las situaciones más difíciles de peligro.
La lista, por supuesto, no pretende ser exhaustiva, si bien muestra colectivos cuajados de buenos hombres empeñados en que se mantengan las condiciones para el bien común.
Sólo a un descerebrado se le ocurre manchar el prestigio de las Fuerzas Armadas so pretexto de un militar corrupto que comete una violación en zona de guerra. Sólo a un descerebrado se le ocurre manchar el prestigio de la Policía o los Bomberos so pretexto de un policía que agrede en lugar de proteger. Sólo a un descerebrado se le ocurre difamar el prestigio de la profesión médica porque se ha encontrado uno que mata en vez de curar. Y sólo a un descerebrado se le pasa por la cabeza dinamitar el matrimonio y la familia porque ha encontrado un esposo y padre que pega a su mujer y maltrata a sus hijos.
Si, además de desprestigiar a las instituciones, alguien con poder establece las condiciones para que los justos puedan ser estigmatizados, acusados interesadamente y perseguidos por desafectos, de esa persona ya no diremos que es descerebrada sino que tiene el coeficiente intelectual justo para ser mala además de tonta.
Serafín García Herreros
serafingh@yahoo.es