Unos vistosos efectos visuales, que recrean con fidelidad lo que supone la erupción de un volcán, a los que acompaña un correcto 3D, convierten a Pompeya en una adecuada opción de cine de aventuras dirigida a todos los públicos. Aunque esta película de catástrofes, nada original, incluye elementos de Romeo y Julieta y Gladiator…
El protagonista de este péplum es Milo, un esclavo celta convertido en gladiador quien, trasladado a la ciudad de Pompeya para participar en combates, se enamora de Casia, la hija de un rico mercader a la cual pretende un corrupto senador romano… La violenta erupción del Vesubio provocará que Milo luche por salvar su vida y la de su amada…
La plasmación en imágenes del desastre natural ocurrido en la ciudad de Pompeya en el año 79 después de Cristo, que en tan solo 12 horas sufrió un terremoto, una erupción volcánica y un tsunami, es el mayor atractivo de este largometraje de aventuras de Paul W.S. Anderson, un director especializado en películas de acción como Resident Evil. A este respecto cabe alabar el trabajo del supervisor de efectos visuales Dennis Berardi y su equipo del estudio Mr. X. El resto: el romance, los combates en el circo y otras escenas llenas de movimiento no hacen más que confirmar lo que pretende esta película: ser, exclusivamente, un producto de entretenimiento, eso sí con un reparto estupendo...
Para: Los que vayan al cine a pasar un rato entretenido