La manifestación gay, lejos de limitarse a ser la fiesta de celebración que se anunció, se convirtió además en una ocasión constante para incitar al odio, atacar y hacer mofas contra los cristianos. Pudieron verse todo tipo de referencias peyorativas, insultantes y hasta blasfemas contra Jesucristo, la Virgen María, el Papa y el clero católico. Unos manifestantes disfrazados de nazarenos pasearon una ridiculización de una imagen de la Virgen María, mientras otro, mofándose del Papa, portaba una cruz en la que la figura de Cristo había sido sustituida por una muñeca.
Otros manifestantes, con actitudes burlescas, iban disfrazados de Obispos o de monjas, ridiculizando los mensajes lanzados por los asistentes a la convocatoria de las familias del 18 de junio. Una mujer lucía para los medios una pancarta con un lema marcadamente intolerante y antidemocrático : y la Iglesia que se calle.
Al terminar la manifestación, ya en la Plaza de Colón y muy lejos de los fines oficialmente comunicados para la convocatoria, los convocantes convocaron a los manifestantes a firmar peticiones de apostasía para apartarse de la Iglesia Católica.
Si alguno no se lo cree le animo a ver las imágenes de tan nefasto invento.
Respeto a los homosexuales que lo son de verdad y que la mayoría sufre por ello y desea su rápida incorporación a la normalidad que en algunos casos no es posible.
Elvira Gago Fernández
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