- El futuro de Pescanova, en manos de la banca extranjera.
- La banca acreedora, liderada por el Sabadell y Popular, controla ya el 45%.
- Pero Damm ha pedido a fondos amigos que compren las acciones que venden las entidades que se marchan: Santander, Commerzbank, RBS, etc.
- Al mismo tiempo, Sabadell y Popular le presentan al juez (y a Deloitte) un plan para hacerse con el 100% de la entidad y nombrar un Ceo (¿Senén Touza).
- Por si se llegara a la liquidación… y para evitar la liquidación.
- La banca española se compromete a mantener la totalidad de Pescanova y a no vender las filiales; Damm no.
- Y BBVA les apoya, tras el cabreo de FG con Carceller.
- Por cierto, la banca no aportará 150 millones de euros, sino 115.
Recta final (se supone que el proceso terminará el 15 de abril) de la batalla por Pescanova. Ante todo, como en toda batalla, lo primero, definir a los contendientes. Por un lado, Demetrio Carceller, grupo Damm, accionistas de Disa, Sacyr, etc.
De otro, la banca acreedora española, capitaneada por los dos principales acreedores, que son el Sabadell de Pep Oliú y el Popular de Ángel Ron. Y que está bastante cabreada por Carceller, porque considera que primero se acordó una cosa y luego cambió los términos cuando lo puso por escrito.
Ambos grupos pugnan por hacerse con el 51% de las acciones porque el acuerdo sobre la quita con Carceller ya no es posible. La banca acreedora ya controla el 45% pero tiene cierta prevención por la utilización que Carceller está haciendo de una serie de fondos que están comprando los títulos de aquellas entidades (Santander, Commerzbank, RBS, etc.) que se marchan del concurso y de Pescanova. Y Sabadell, Popular, Bankia y BBVA están convencidos de que esos fondos trabajan para Carceller.
Por si acaso, la banca acreedora presentó al juez, vía Deloitte, el pasado lunes 31, un plan para no liquidar la compañía en caso de que se llegue a ese extremo. Es una posibilidad legal en caso de que no le produzca convenio pero que haya alguien que se comprometa a mantener la actividad productiva. La propuesta prevé una inyección de capital de 115 millones de euros y la capitalización de unos 2.000 millones de euros de deuda. Supondría una quita inferior al 70%.
En otras palabras, la banca le está diciendo al juez que si no hay acuerdo está dispuesta a hacerse con el 100% de capital y a nombrar un equipo gestor, un Ceo, como recordaba a Hispanidad el presidente del Sabadell, Pep Oliú. El más deseado es Senén Touza, como ya hemos informado en Hispanidad.
Esto implica, además, que no habrá venta de filiales, como quiere Carceller, y que la banca aportará capital (115 millones de euros, son 150) para continuar con la actividad, pero Carceller, fuera.
Por el momento, la clave está en llegar al 51%... para ambos contendientes.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com