Pedro Campos y Calvo Sotelo, así como el catalán José Cusí, son conocidos en el mundo de la vela como los delegados de SM el Rey. No por nada, sino porque ellos mismo blasonan con mucho interés de su regia representatividad.
Pues bien, Pedro Campos consiguió que Telefónica que como otras empresas se ve forzada a atender determinadas reclamaciones de patrocinio, por venir de donde vienen) financiara su aventura en la vuelta al Mundo de Vela (Ocean Volvo Race). La broma salió por 20 millones de euros, porque no se trataba de patrocinar una regata, sino el coste completo del V-70 construido en Nueva Zelanda. De esos 20 millones Telefónica aportó 15. El resultado es un barco construido en Nueva Zelanda que sale del puerto gallego de Sanxenxo y no llega a Oporto. La verdad es que, después de cada etapa, el Movistar tenía que ser puesto en pie de nuevo, y así hasta dos etapas antes del final de la prueba, cuando, en Inglaterra, se plantó de forma definitiva. Como dijo un directivo en Telefónica: Ese barco fue construido para naufragar.
Se pensaría que tras este considerable desastre, Pedro Campos se serenaría, y buscaría mecenazgo en otros lares. Recordemos que Iberdrola capitanea el patrocinio de la Copa América, que Caja Madrid y la Mutua Madrileña también están concernidos en esta especie de esponsorización obligada (nadie quiere patrocinar la vela porque no es susceptible de ser retransmitida por televisión). Pero no, Campos vuelve a la carga. Su oficina acaba de hacer público un comunicado donde informa sobre la participación del equipo español de vela, donde figura el Bribón Movistar en la Sardinia Rolex Cup, regata que se celebra en Cerdeña. Obsérvese el comunicado donde se mezclan el nombre de SM el Rey, el de José Cusí y el de la propia Telefónica, porque una de las referencias finales es ¡a la propia página de Movistar!, aunque los nombres propios que figuran para informar del evento no son más que periodistas a sueldo de Pedro Campos, periodistas que, por cierto, entretienen su tiempo amenazando a cualquier redactor que se atreva a hablar sobre este estupendo captador de fondos que es Pedro Campos. Además, las cifras de la Sardinia nada tienen que ver con la de la Vuelta al Mundo. Aquí se trata de una regata que saldrá por unos 3,5 millones de euros, cosa de nada.
A todo esto, ¿qué es la Sardinia Rolex Cup? Pues no es más que una guinda de la gran operación inmobiliaria de Costa Smeralda, en la deprimida Isla de Cerdeña, del Aga Khan (¡viva el lujo y quien lo trujo!), quien se está forrando violentamente a costa de la multitud de urbanizaciones que está construyendo en la zona para personas sin problemas a fin de mes. De ahí la mención a la presencia de SM el Rey, aunque casualmente ya apenas navega.
Y a todo esto, ¿cómo surgió el compromiso, esforzado compromiso, de la operadora con la Casa Real? Pues ocurrió en la etapa Juan Villalonga, cuando desde Zarzuela le llegó una queja sobre la escasa atención que se prestaba en la compañía a D. Pedro Campos, todo un promotor del deporte de base en España. Y, desde entonces, aquí estamos.
Algún día, en algún seminario sobre reputación corporativa, habrá que revisar los criterios de patrocinio empresarial en España.