Esperanza Aguirre bloquea el pacto Caixa-Caja Madrid, con su denuncia a GN. En Internet abundan las ruedas de mensajes contra productos catalanes. Laporta exige el Estado catalán en un acto del Barça y aviva el fuego entre la mayoría silenciosa. Financial Times dice que La Caixa quiere pactar. Isidro Fainé y Antonio Brufau plantean un acuerdo con Caja Madrid. Si la operación no sale, el problema pasará a ser de Endesa.
Desde las 7,30 horas de la mañana del viernes, sindicalistas de la empresa Panrico repartían en las estaciones de metro céntricas de la capital de España, un panfleto sobre la situación laboral de la compañía. Protestaban contra el plan de la sociedad, participada pro La Caixa, vendida luego al fondo de capital riesgo Apax, de convertir en falsos autónomos a los repartidores. Es decir, plantilla fija a la que se le obliga a sacarse la licencia fiscal para trabajar, en exclusiva, para Panrico. Lo que, dicho sea de paso, puede ser ilegal. Al parecer, UGT, sindicato minoritario, ha llegado a un acuerdo con la empresa y ha dejado al resto de trabajadores colgados de la brocha. Un conflicto laboral más, importante, sin duda, pero de los muchos que salpican las páginas de la prensa especializada. Sin embargo, lo curioso de este que llevaba el siguiente título. UGT firma un acuerdo con Panrico para que los catalanes den el pelotazo.
Así, los catalanes. Y a buen seguro que el titular va a tener éxito. El anticatalanismo que ha surgido en España deja chiquito al antivasquismo provocado por algo mucho más terrible, como es el terrorismo etarra. Los efectos del Estatut y de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, se han convertido en un enfrentamiento entre Barcelona y Madrid, pero, lo que es más grave, en un enfrentamiento entre Cataluña y el resto de España. En esa situación térmica, cualquier chispa se convierte en un incendio. Los catalanes llevan toda la etapa democrática practicando el victimism ahora son, en verdad víctimas.
Por lo que respecta la Estatut, en un principio, hasta hace poco más de dos semanas, el Gobierno Zapatero apoyaba el texto salido del Parlament. Incuso el vicepresidente Solbes afirmaba que la derecha estaba exagerando y que las reclamaciones del Parlament cabían dentro del marco constitucional. Pues bien, el pasado jueves, su subordinado, director de la Agencia Tributaria, Luis Pedroche, afirmaba que el Estatut desborda los límites de la Constitución que rompería la igualdad en el trato al contribuyente.
Al mismo tiempo, en la Junta Directiva de CEOE, el empresario catalán Joaquín Gay de Montellá se negaba a firmar el documento de la patronal contra el Estatut catalán (al que no se citaba, quede claro), no por su contenido sino por la interpretación que pudiera dar la prensa en un momento tan delicado. Cuevas respondió que lo daría los medios en la rueda de prensa posterior porque en ningún caso haría comentarios o glosa sobre el mismo. Y cumplió su palabra.
Por su parte, la OPA de Gas Natural ha despertado todos los demonios dormidos. Ni el propio Manuel Pizarro, presidente de Endesa, podía esperar tantos apoyos, todos ellos con el nexo común del anticatalanismo. En Internet proliferan las campañas anticatalanas, vulgares la mayoría, sofisticadas las menos.
En este escenario, y filtrado desde La Caixa, Financial Times (edición del viernes 21) citando fuentes del equipo directivo de la entidad catalana, institucionalizaba el cambio radical del que venimos hablando en Hispanidad desde hace un mes: de OPA hostil a pacto amistoso, a través del hilo conductor Caixa-Caja Madrid.
El hecho de elegir a Financial es muy sencillo de explicar. El pasado vienes 14, el rotativo londinense se ensañaba con La Caixa, especialmente por su condición de entidad mutual, no sociedad anónima. Ahora, FT ha cambiado el tono, ahora habla de rediseñar la operación.
Pues bien, como ya hemos informado en Hispanidad, ese pacto entre Ricardo Fornesa, presidente de La Caixa, y Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, pasa por tres condiciones:
1. Retirar la OPA hostil e ir a un proceso de fusión amistosa.
2. Que Caixa y Caja Madrid controlen la entidad resultante en términos de paridad.
3. ¿Dónde debe estar la sede social?
Los dos primeros puntos son asumibles por ambas partes. El tercero es motivo de discordia puede dar al traste con el acuerdo. Caixa exige que la sede social esté Barcelona, Caja Madrid y Endesa no admiten otra cosa que Madrid. Por cierto, tampoco será fácil encuadrar al presidente de Endesa, Manuel Pizarro, quien aseguró que nunca trabajaría para La Caixa.
Y lo más curioso de todo es que si la OPA no sale, Gas Natural tendrá problemas, pero Endesa deberá buscar un nuevo socio a toda velocidad. Y no estaría bien, aunque lo diga Arias Cañete, que prefiriera un bielorruso a un catalán. A fin de cuentas, Cataluña no es trasnacional.