La Iglesia no permanecerá callada. Es la respuesta del Presidente de la Conferencia Episcopal norteamericana a las declaraciones de Barack Obama a favor de equiparar al matrimonio las uniones entre personas del mismo sexo.
Obama aprieta el acelerador de una agenda ideológica que está produciendo una enorme fractura social en EE.UU. En las últimas semanas, destacados miembros del entorno presidencial se han pronunciado a favor del llamado matrimonio homosexual. El tema ha entrado definitivamente en campaña con las declaraciones del Presidente, en una entrevista televisiva cuidadosamente preparada con sus asesores.
Los argumentos estuvieron cargados de sentimentalismo y maniqueísmo, como si quienes se oponen a redefinir el matrimonio persiguieran a los homosexuales. Se omitió, además, el debate sobre las consecuencias de ociedadzar la institución del matrimonio, cuya erosión descompone el tejido social con graves consecuencias para los más vulnerables. Son argumentos que la ociedad tiene bien claros.
Jesús D Mez Madrid