A diferencia de lo que suele suceder en España donde estos temas suelen tratarse de puntillas para que los políticos no se vean muy afectados, en Perú, a los candidatos a la presidencia del país se les puede preguntar sin tapujos su postura en la defensa de los valores no negociables como la familia o la vida.
Tanto Ollanta Humala como Keiko Fujimori han tenido que enfrentarse a estas cuestiones unos días antes de la segunda vuelta de los comicios que se celebran el próximo cinco de junio y ambos han contestado como lo que son, es decir, políticos. Sobre la defensa de la vida, ambos se han mostrado firmes defensores de la misma, pero luego ambos se han mostrado favorables al aborto terapéutico, es decir, en caso de que corra peligro la vida de la mujer –como suele suceder, esta acepción es muy amplia y permite colar camellos por agujeros de una aguja-.
Y sobre los matrimonios homosexuales, Fujimori se ha mostrado defensora del matrimonio tradicional, pero favorable a que se puedan realizar uniones civiles, mientras que Humala, lastrado por las ideas de su padre –que ha manifestado en ocasiones que habría que fusilar a los homosexuales-, es apoyado por los grupos en favor de los gays, aunque no se sabe qué puede hacer si alcanza la Presidencia del país.
Juan María Piñero
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