Sr. Director:
Terri Schiavo no está en coma. Se encuentra en un estado vegetativo en el que no necesita de medios extraordinarios para seguir viva. Sólo necesita que la alimenten mediante una sonda. Su marido que ya tiene otra familia- ha pedido que la dejen morir y un juez ha accedido. Probablemente, Terri morirá de inanición dentro de 10 días.
La tragedia no es que Terri muera de hambre, aunque bien es cierto que este detalle hace que esta historia sea mucho más cruel. Lo realmente doloroso es la enorme contradicción en la que lentamente nos estamos sumergiendo. Por un lado, luchamos para erradicar la pena de muerte, pero por otro somos capaces de permitir este tipo de situaciones movidos por una extraña compasión.
Probablemente, la actual existencia de Terri sea incómoda, molesta o excesivamente dolorosa para sus íntimos. Pero a pesar de su estado, Terri sigue siendo una persona con todos sus deberes y todos sus derechos. Y, por muy dolorosa que sea su existencia, ésta no es indigna. Por esto, no existe ningún motivo que nos autorice a decidir cuándo alguien tiene que morir.
Jordi Molas i Verdaguer
molas@t100e.com